¿Por qué una nutria? Por este vídeo, quizá este otro también te ayude a entenderlo.

20 noviembre, 2009

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15 noviembre, 2009

Tengo una pregunta para usted

Hace más de dos semanas tuvo lugar la 13ª edición del programa, con los secretarios generales de los sindicatos mayoritarios y el presidente de la patronal como invitados: por orden de aparición CCOO, CEOE y UGT.

Suelen decir que los 101 ciudadanos que asisten como público representan al pueblo, pero quizá no se hayan dado cuenta de que no sólo lo representan con sus preguntas sino también con su comportamiento.


Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO, fue el primero en salir, en chaqueta y corbata, perfectamente afeitado.

Manteniéndose a la vera de la presentadora durante la mayoría de sus intervenciones, respondía con un lenguaje demasiado técnico que lo distanció visiblemente de los ciudadanos. Éstos, a su vez, insistían en plantear sus preguntas como si fueran los sindicatos los principales responsables de la situación que sufrían, acusaciones incluídas. Además digamos que Toxo se andaba un poco por las ramas, y eso hizo que todavía le fuese más difícil contentarlos.


Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la patronal de empresarios CEOE, le siguió, también de punta en blanco. Acercándose demasiado a los que iban a plantear sus preguntas, casi invadiendo el "espacio vital" de cada uno de ellos en lo que a mí me pareció una actitud de lenguaje no verbal casi intimidante, no sólo no respondía lo preguntado sino que además ignoraba las peticiones de la moderadora para que no se extendiese tanto en sus respuestas. Si no me equivoco, su primera "respuesta" duró unos diez minutos.

El público allí presente no rechistó ni interrumpió tanto como hizo con el secretario de CCOO, se limitó a sonreír con tono sardónico mientras la cámara recorría sus filas, esperando en cada ocasión a que Díaz Ferrán acabase con su discurso. Sólo un par de osados repitieron las preguntas de sus compañeros, cuando les tocó su turno, consiguiendo en dos ocasiones que Díaz Ferrán respondiese sin rodeos.

Me atrevo a decir que el presidente de la patronal no respondió ni a la mitad de cuestiones que el anterior invitado, usando la estrategia de marear la perdiz y agotar el tiempo establecido para cada invitado con las menos preguntas posibles.


Y por último, salió Cándido Méndez, secretario general de UGT, sin corbata, sin afeitado, con el cuello de la camisa abierto.

Respondió a más preguntas que los dos anteriores juntos, quizá el doble, en un lenguaje cercano, sin rodeos, y de manera breve. Incluso admitiendo varias responsabilidades e incluso culpas, cosa que no deja fuera a los otros dos que escurrieron más o menos descaradamente el bulto.

Al principio no se libró del tono acusador del pueblo, pero al contestar de manera directa y dando incluso información reciente en cada caso concreto consiguió bajar un poco la temperatura del plató.


No sé a vosotros, pero a mi me dió la impresión de que los ciudadanos que decían representarme trataron de linchar a los únicos que intentaban ayudarlos, los sindicatos, mientras que el verdadero representante de los responsables, la CEOE, se salía con la suya; encontrando como única resistencia popular a su desinformación una pasiva sonrisa.

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