El 30 de diciembre, casi todo estaba listo. Tenías el traje, sabías dónde partirías el año y con quién, se te hacía la boca agua pensando en la rica cena, las uvas, y lo guapo que iría todo el mundo por ahí a celebrar un año más...
No imaginabas que mientras todos a tu alrededor pensaban en sus listas de buenos propósitos para el año entrante, esa misma mañana alguien tendría preparada su lista de malos propósitos, tampoco pensabas que pudiera obligarnos a todos, teniendo menos de la mitad de los votos del país, a cumplir sus malos propósitos.
Estos fueron algunos de los que publicó esa misma mañana.
- Subirá las pensiones un 1% pero habrá que pagar las consultas médicas. El dinero extra que tu abuelo tendrá, el que hizo que votara a esa persona, no va a ser suficiente para pagar las frecuentes visitas al centro de salud.
- Reducirá el iva y el irpf para el sector inmobiliario, es decir, regalos para la burbuja que causó la crisis, y carbón para los demás sectores.
- Congelará el sueldo de los funcionarios, no saldrán nuevas plazas este año y se aumenta su jornada laboral, trabajarán más por menos dinero.
- Congelará el salario mínimo, este año no sube. Los que menos cobran se harán aún más pobres mientras el precio de todo sigue subiendo.
- Recortará el presupuesto de los demás partidos políticos, los sindicatos y la televisión pública, para que tengan menos recursos para avisarte de cuándo y cómo volverá a empeorarar tu modo de vida con sus malos propósitos.
- Menos dinero para el transporte publico y para la investigación científica, más amigos que recién licenciados emigrarán para encontrar trabajo, dejando a sus familias y seres queridos.
- Y para poner la guinda al pastel las tres ayudas por dependencia, emancipación, y paternidad se suspenden durante un año, "hasta nuevo aviso".